Leí en una web de fetichistas de chandal que un tipo se excitaba cuando se corría dentro de la capucha de la sudadera de su novia y luego al poner la capucha dejó que el contenido deslizara por encima de su cara. Si alguien tratara de hacer lo mismo con mis chandales, habría un gran problema.
Este verano en el Reino Unido entre el 6 y el 10 de agosto de 2011 fue un gran momento para los fetichistas de chandal. En Londres y otras ciudades, el chandal se convirtió en un uniforme para los que provocaban los disturbios sin precedentes.
Por lo general, el verano es difícil para una fetichista de chandal como yo. Siempre estoy ansiosa para que los días de sol den paso a los fríos en su lugar.
Lo mejor de llevar un chandal es que puede ser como una segunda piel – al igual que el látex – y con el frío de invierno puede ser imposible de quitar.
Las chicas que llevan chandal tienen un aspecto mucho más “abrazable” y sus pechos parecen más grandes y firmes.
Pensé en todo eso durante esta sesión de fotos. Decidí posar en topless por debajo de mi chandal de color rosa y antes de que comenzara. Se veía perfecto en combinación con mi piel blanca y cabello rojo.
A veces la gente lleva un chandal con capucha para mezclarse con la multitud y buscar el anonimato pero yo, no. Mi sudadera con capucha se extiende en todas direcciones y se abre para revelar mis pezones.
Mi fetiche de chandal ya no es un secreto.
Photos by Andrew O’Hara.