En el BDSM (Bondage; Disciplina y Dominación; Sumisión y Sadismo; y Masoquismo), la persona sumisa es la que hace el papel de pasivo y obediente.
Muchos sumisos suelen ser personas con una profundidad intelectual y emocional con necesidades que van más allá que lo que ofrece el mundo moderno o la cultura popular. Los sumisos encuentran la satisfacción cuando se entregan a una persona en la cual pueden confiar y que posee una inteligencia y / o belleza superior; una persona que consideran que merece su adoración.
Hay tres principios que definen la conexión vital que tiene un sumis@ con su dominante.
El primero sería la adoración, que puede ser en forma de adoración de los pies, elogios constantes o incluso regalos.
Segundo serían los “deberes” que podrían ser en la presencia del dominante como tareas de limpieza, masajes o deberes a distancia, para dar realce a su conexión y tener la figura del dominante presente siempre.
Por último, el sumiso vive por estos momentos cuando sus esfuerzos para complacer y servir a su dominante son reconocidos. Sueña con recompensas por su buen trabajo pero igualmente un castigo si no lo consigue. No importa si hay recompensas o castigos mientras se mantenga la conexión con el dominante y su atención.
Hay teorías que defienden que un “sumiso” en realidad no es nada de eso, ya que está siempre en su poder el hecho de colaborar o no con los deseos del dominante. Un buen dominante nunca debería dar por hecho la devoción de un sumiso o actuar con indiferencia contra ellos. Si un sumiso sospecha que su conexión valiosa está bajo amenaza, puede comenzar a portarse mal y provocar su propia desconexión, forzando al dominante a reconocer la importancia que tiene el sumiso para su necesidad de su asociación contínua.
Fotografía JokerBcn del libro Deséame como si me odiaras –
Te haria el amor con ese antifaz debe ser delicioso y te quitaria esas bragas