Tras una complicada adolescencia de acné y problemas de crecimiento general durante mis años de escuela, comencé a descubrir mis poderes femeninos.
A los dieciocho quería seducir lo “inseductible” sólo para ver cuánto “girl power” realmente tenía. Un hombre importante en posición de autoridad me dijo una vez que parase de provocarle y que parecía la chica del clásico de Nabakov.
Precisamente, unos días después estaba yo en el apartamento de un amigo, cuando vi en su librería la novela del clásico de Nabakov y le dije que si podía pedírselo prestado. Queria entender lo que el hombre importante había querido decir exactamente y pillar de paso unas pocas armas de seducción extra
Photography by Andrew O’Hara