Mi pelo sirve de abrigo perfecto para mi cuello, cuando lo llevo suelto mi cuello se siente cubierto y protegido. Todo esto cambia cuando llevo el pelo recogido, entonces mi cuello se siente expuesto, vulnerable, disponible y muy sensible a pequeños cambios de temperatura, así como al efecto que su desnudez produce en algunos individuos.
Los cuellos son como pequeños cuerpos con sus propias curvas únicas, tacto y olores. Para algunos fetichistas de cuello, la nuca tiene la misma importancia que unas piernas largas. Sin duda, el cuello es una zona erógena que responde bien a la exploración por manos, bocas y ojos.
Fotografía Fernando Gebbia