No es tarea fácil elegir la ropa interior adecuada para el día que amanece. A veces es imposible elegir con sensatez, sobre todo cuando eres fetichista de las bragas, como yo, y dispones alrededor de 100 distintas. En tal caso, la tarea es casi imposible.
No obstante hay algunos factores que siempre deberían tenerse en consideración:
Muchas mujeres eligen bragas acordes con el sujetador que llevan, también incluso si sólo guardan una ligero parecido. Por lo que a mí respecta, me encanta la lencería desconjunta y siempre apuesto por ella.
Es muy importante elegir ropa interior que quede bien con la ropa que llevas, que no atente contra ella.
Por ejemplo, las bragas con volantes nunca son favorecedoras y deberían evitarse, fuera del estudio del algún fotógrafo o algún que otro dormitorio. Las bragas con tendencia a destacar el “cameltoe” no son recomendables ni en el mejor de los casos. También me pregunto cuantas chicas se toman su tiempo por la mañana para hacer la prueba del “whale-tail” (cola de ballena) con sus tangas. Si no lo hicieran, nadie podría permanecer impasible al pasar detrás de ellas justo en el momento de inclinarse a coger una bolsa de guisantes en el congelador del supermercado.
También es importante considerar si tu elección va a ser vista por alguien más, ya sea amante, doctor o paramédico, por ejemplo. Para mí, practicar deporte implica usar ropa interior cómoda, hacer una sesión de fotos requiere algo especial y mis montones de ropa interior de diseño venían como anillo al dedo para ésta. Si hablamos de seducir, mi elección podría ir desde el más simple algodón hasta encaje negro con bordados.
Estuve pensando en las bragas adecuadas para la sesión pero no acababa de dar con lo que quería. A veces mi estado de ánimo decide el par idóneo, pero esta vez el hecho de ver tantas bragas listas para ser puestas me estaba confundiendo. Empecé a pensar que cada par tiene su particular erotismo y potencialidad fetichista. Es difícil elegir… Acabé cogiendo de una brazada todas las que pude y me dispuse a ponérmelas una a una.
Al poco empecé a notar como mi decisión se convertía en una especie de juego bondage. Las gomas de cada una de las bragas marcaban mis muslos con fuerza y entre todas formaban una especie de falda de tubo más estrecha que estrecha. El efecto fetichista de cada una de estas distinguidas prendas de lencería en contraste con mis zapatos de del chino, fue más de lo que podría haber imaginado.
Una pregunta quedaba aún en el tintero:
¿Qué bragas me pongo hoy?[nggallery id=13]
Photos by Guy Moberly
te pongas las que te pongas yo solo te suplicaria que me las dieras cuando te las quitaras.